The Police aclamado por tercera vez en Montreal

"The Police triunfa por tercera vez en Montreal"

Luego de sus dos conciertos de julio el poderoso trio británico "The Police" volvió a demostrar, por tercera vez en Montreal, que lo suyo no es un repetitivo espectaculo; al recrear un show en el que los tres son la esencia del mismo.

Desde el inicio una batería galopante de Stewart Copeland machacando los parches de mil maneras, mientrás la guitarra de Andy Summers empezaba a diseñar ese particular registro de colores brotando de sus acompasados acordes que largamente definen el sonido Police y un jubilosamente en forma Sting liderando y haciendo frente a toda la audiencia que entonaba en respuesta sus clásicos Eeee-yoh's.

Sólo a minutos del concierto uno se da cuenta de que cada uno de los tres miembros de "The Police" cargan sobre sus espaldas un largo legado músical que a posteriorí dejó marcado al rock y re-inventado hasta en la actualidad. No cabe la menor duda que sobre el escenario los trés individual y grupalmente son el plato principal del show, sin la necesidad de apoyo extra.

El espacio que conjuga cada melodía es sabiamente llenado, como un bajo trepidante con ocasionales referencias jazzeras en "Wrapped Around your finger" y una hermosa respuesta de cuerdas salpicadas con densidad rítmica en manos expertas de Andy Summers y Stewart Copeland dejando en claro el porque es uno de los mejores bateros de todos los tiempos con una solida ejecución rockera y una preciada percusión, ambas conjugadas magistralmente en una misma sesión.

Andy Summers estuvó particularmente en forma éste lunes por la noche en el "Bell Center" de Montreal, saliendo airoso de la base funk de "Voices inside my head" hacia una sobreimposición de la misma con un solo de guitarra a tempo, mientrás Sting percutaba su bajo en un jamming conjunto para dar paso en medley a "When the world is running down" con un resultado fresco y satisfactorio. Luego camuflando su guitarra a punky con "Truth hits everybody" y trayendo una minimalistica referencia del estilo de los 50's en "Hole in my life" aprovechando el juego de lleno de Sting con la audiencia entre voz, bajo y batería.

La natural sinergia entre Sting y Andy Summers parece ser muy genuina, haciendo que las historias pasadas de rivalidades entre los miembros de la banda sean solo cotilleos entre bambalinas. Al estar uno tan cerca del otro, el resultado no podía ser otro que el estallido de un estilo tan furioso y bien engranado como en "Driven to tears", haciendo de éste un tema de lucimiento tanto en guitarra, voz y la marca indeleble de los sincopados ritmos de Stewart Copeland.

Mientrás gran parte de los temas trataban de ser lo mas fieles al original, los solos y jams eran una suerte de libertad dispensada por ellos mismos como dejando en claro que la senda era para brindar vida extra al material, sin acomplejamientos a estas alturas de sus vidas, frente a alguna suspicacia de parte de los que deberían estar en casa escuchando sus Cd's en la comodidad del hogar. Ésto es lo que hace que un concierto sea en vivo y éste definitivamente lo fué.

Versión libre basado en un articulo escritó por Bernard Perusse y públicado en: http://www.montrealgazette.com/ (fotos del mismo)